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La Casa de la Cultura de Baena acogió el sábado un acto de reconocimiento a todos los ediles de las corporaciones democráticas de la II República y principalmente un homenaje a Antonio de los Ríos Urbano, último alcalde de este periodo. Concretamente, se trata de una jornada enmarcada dentro de la muestra “Hubo en Baena una guerra. Exposición de la memoria”, organizada por la Asociación Iponubensis.
En este sentido, el presidente de la asociación, José Manuel Cano Mauvesín, explicó que el acto no solo es un reconocimiento a Antonio de los Ríos Urbano, último alcalde republicano de Baena en dos mandatos entre 1931 y 1936, sino también a otros ediles como Juan de la Cruz Castañeda, José Gan Roldán o Manuel Priego Arrebola.
Cano Mauvesín indicó que todos ellos se caracterizan “por tener un gran entusiasmo y ganas de trabajar por la localidad de forma desinteresada, siendo capaces de dejar atrás conflictos internos y llegando algunos incluso a perder su vida en el conflicto bélico”. Fue tal su concienciación que ha pasado a la historia la frase de Antonio de los Ríos de que “Aquí se viene a gestionar y no a hacer política”.
En opinión del emisario de la muestra, “es importante que los familiares de estos políticos se sientan orgullosos del ejercicio de la actividad pública desarrollada por sus antepasados donde primó la honradez de todas aquellas personas, pertenecieran al partido que lo hicieran, algo que debe servir de ejemplo para los políticos actuales”.
En cuanto a la situación de 1936, Cano Mauvesín describe a una Baena “con muchas carencias, con todo por hacer pero con una población muy grande y gente con ganas de cambios y de que se empezaran a hacer cuanto antes” y destacó como inconvenientes “una gran población campesina, analfabeta y diferencias sociales muy grandes”.
En lo que se refiere a la gestión de Antonio de los Ríos, el presidente de Iponubensis señaló que aunque ha pasado a la historia por la anécdota de que fue el que prohibió las procesiones, realizó una gran labor con la creación por ejemplo de una beca de estudios para niños y niñas, por comenzar a separar la iglesia del Estado, por buscar un progreso social del pueblo a través de la cultura y con el inicio de muchas obras públicas para remediar el problema del paro agrario.
Por su parte, el alcalde de Baena, Jesús Rojano, incidió en que todos estos alcaldes y concejales y principalmente, Antonio de los Ríos, “merecen este homenaje ya no solo por la gestión realizada sino por la situación de inestabilidad política que se vivía en ese momento en el que la crispación estaba muy por encima de la gestión y los intereses de los ciudadanos”.
