En un tono sereno, pausado y dulce, la pregonera de la Semana Santa de Baena, María de Prado, aunó este año en su pregón el amor de Cristo y el exacerbado dolor de la Madre. En un canto religioso, familiar y el que hubo numerosas referencias a la Virgen de la Soledad, hermandad a la que pertenece, de Prado aportó datos curiosos sobre la flagelación de Jesús y como médica de profesión explicó que es posible sudar sangre y que el dolor que sufrió el Señor “fue inhumano e inimaginable”.
