La Asamblea Local de Cruz Roja en Baena está prestando actualmente su servicio de teleasistencia a seis personas mayores, asociadas a la entidad, entre las más de 400 que se benefician de este servicio de la institución humanitaria en la provincia de Córdoba.
Cruz Roja cuenta con dos tipos de teleasistencia, la domiciliaria que usan 332 personas de más de una treintena de municipios de la provincia, y la móvil, con 90 usuarios de 19 localidades cordobesas. Cada una de ellas, a su vez, cuenta con distintas modalidades orientadas a facilitar el acceso desde distintos dispositivos y lugares.
La ‘Teleasistencia’ de Cruz Roja marcó un hito del uso de la tecnología al servicio de las personas vulnerables hace más de 30 años, y desde entonces ha ido evolucionando e implementando nuevos procedimientos y servicios como, por ejemplo, la única Teleasistencia accesible homologada para personas sordas, con dificultad auditiva o del habla y personas con ceguera o dificultad visual.
Sin embargo, la teleasistencia no es sólo un servicio que beneficie a las personas mayores, sino que es, además, parte de la protección que se les puede ofrecer a las mujeres que sufren violencia de género, personas con enfermedades crónicas, personas que han sufrido un accidente u operación, personas cuidadoras, mujeres embarazadas, adolescentes, deportistas o cualquiera que se encuentre en situación de soledad.
Pero no solo para esas situaciones de emergencia está concebido el llamado ‘botón rojo’. El voluntariado de la institución humanitaria también ofrece apoyo emocional y acompañamiento en caso de necesidad, además del seguimiento que se hace de cada una de las personas usuarias, como así ha destacado Rosa Rísquez, trabajadora social que coordina este servicio en la provincia, indicando que “muchas personas mayores están solas en casa, y nosotros las llamamos periódicamente para ver cómo están”.
Por su parte, Carlos Capataz, director del área de Servicios Tecnológicos Digitales de Cruz Roja subraya que “el salto tecnológico en estos 30 años hasta llegar a los actuales terminales es significativo, pero la base sigue siendo la misma, cubrir las necesidades de las personas vulnerables, de forma eficiente, aportando valor para vivir la vida, y siendo sostenibles”.
La mayor apuesta de la organización por este servicio pasa por estudiar las necesidades de quienes usan estos dispositivos para cubrirlas, y por eso, apuestan porque sean cada vez más unos dispositivos proactivos y reaccionen de forma autónoma.