La intervención arqueológica que se ha llevado a cabo en el sector sureste de la muralla de Baena, dirigida por el arqueólogo Javier Tristell y concluida recientemente, ha permitido extraer datos de verdadera importancia sobre el trazado de la muralla, el sistema defensivo y la ocupación humana a extramuros de la ciudad.
En este sentido, y tras practicarse un total de siete sondeos arqueológicos, se han puesto al descubierto cuatro torres de la muralla medieval de Baena. Tres de ellas presentan características similares, son de planta cuadrangular, macizas, con zarpas y escalonamientos en su parte baja y al exterior presentan sillares de piedra unidos con argamasa de cal.
Sin embargo, una cuarta torre, la más oriental de las localizadas, presenta características bien diferentes. Su planta es octogonal y presenta un relleno macizo a base de tongadas de tapial muy compacto. Este tipo de torres octogonales son características del periodo tardoislámico. Presenta, además, una reforma cristiana, un muro perimetral de mampostería que le da el actual aspecto de torre circular.Junto a las torres se ha confirmado el trazado de la muralla en este sector que no estaba claro y se desconocía el trazado concreto en la zona estudiada.
La intervención ha puesto al descubierto unos “interesantísimos restos” que serán intervenidos para preservar su conservación. Concretamente, la actuación de restauración se centrará en las torres descubiertas y algunos tramos de la propia muralla. Todo ello, además, enmarcado en un proyecto municipal cuyo objetivo es la recuperación y puesta en valor de esta emblemática zona de Baena.
Esta intervención se ha realizado con el Programa de Fomento del Empleo Agrario (PFEA). La idea del Ayuntamiento de Baena es continuar durante este año con otra fase más del mismo programa de empleo para documentar otros restos existentes en la zona.