Los peritos de la Guardia Civil que declararon ayer en el juicio contra un marroquí de 35 años, acusado de un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento a una anciana de 83 años y un delito de robo en casa habitada, ocurridos en Baena en abril de 2015, han expuesto que “no hay indicios claros” para determinar si participó una o varias personas en los hechos, ante las huellas recogidas.
Durante el juicio con jurado, que continúa hoy en su quinta jornada en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial, los peritos han certificado que hay hasta ocho huellas de un varón que es el que se sienta en el banquillo de los acusados y que ha declarado como testigo, mientras que del actual procesado identificaron una huella, del dedo índice de la mano izquierda, en “un trozo de papel de plata” hallado en el salón, donde apareció el cadáver de la mujer, que residía en una vivienda en la calle Mari Tienda de Baena, en la que entraban numerosas personas también “a drogarse”, según relató el acusado.
Según los agentes, las citadas huellas del testigo se encontraron en distintos objetos de varias zonas de la casa, entre ellos en un papel de plata, al tiempo que han destacado que “los principales indicios” se hallaron en el salón, después de encontrar tirado el andador de la mujer en el patio de la casa, así como una gorra con tres pelos.
En relación con esta última zona de la casa, han indicado que era “relativamente fácil” entrar por la tapia que da a un descampado, zona por donde la fiscal señala que se entró a la casa, después de “no estar nada forzado»”, según han mantenido los agentes, quienes han remarcado que “la principal hipótesis es haber saltado por la tapia”, área en la que recogieron también “varios indicios”.
Por otra parte, han explicado que el cadáver de la mujer apareció con las manos atadas con cordón y con “trapos en la boca”, de hecho hallaron una tela blanca cerca de la víctima, según han manifestado, para advertir de que en el inmueble había “el desorden propio” de una persona que ha estado registrando, al hallar cajones abiertos de diferentes muebles, donde localizaron menos huellas o ni siquiera una, según los testimonios de los peritos.