La Arqueología de Baena está de enhorabuena. El Museo Arqueológico Nacional ha autorizado la renovación del depósito de tres esculturas romanas del yacimiento baenense del Cerro del Minguillar (antigua Iponoba) en el Museo Histórico Municipal de Baena por otros cinco años.
Estas estatuas -y otras que se exponen en el Museo Arqueológico Nacional- las descubrió el erudito Francisco Valverde y Perales a comienzos del siglo XX. Actualmente se encuentran expuestas en la sala II del Museo de Baena donde gracias a esta renovación permanecerán, al menos, hasta 2026.
Fue en el año 2015 cuando se anunció que el Museo Histórico y Arqueológico de Baena iba a exponer estas tres nuevas esculturas cedidas en depósito por el Museo Histórico Nacional. Coincidiendo con la visita técnica de la conservadora Ángeles Castellano, el arqueólogo municipal José Antonio Morena explicaba que las piezas fueron encontradas entre 1902 y 1904 en unas excavaciones dirigidas por Valverde y Perales.
Morena, también director del museo situado en la Casa de la Tercia, explicaba entonces que para financiar las excavaciones la ciudad de Baena tuvo que vender unos 265 objetos arqueológicos al Museo Arqueológico Nacional de Madrid. Fue en el año 1911, por 11.000 pesetas, un precio muy inferior al tasado por Demetrio de los Ríos, que cifró su valor en 40.000 pesetas.
Las tres esculturas demuestran para Morena “la importancia de Iponuba en el siglo I d. C.”. Son tres piezas fracturadas, sin cabeza, que fueron utilizadas para decorar la plaza forense de aquella antigua ciudad, que alcanzó un espacio de tres hectáreas. La primera es una estatua sedente femenina de la que se conserva sólo la mitad superior. Sus características tipológicas buscan diferenciarla de Livia, reproduciendo un modelo iconográfico propio de las divinidades femeninas sedentes.
La segunda es una escultura togada acéfala, sin brazos y conservada hasta la mitad inferior de las piernas. Forma parte de un grupo escultórico completado con otros togados infantiles que también se conservan en el Museo Arqueológico Nacional. La tercera pieza es un togado que pudo haber representado a Tiberio. Se trata de un modelo rígido y anguloso cuya mitad inferior y superior fueron talladas por separado.