La empresa Oleícola El Tejar ha solicitado al Ayuntamiento de Baena una licencia de obras para poder llevar a cabo la sustitución de maquinaría, con un presupuesto de 1,2 millones de euros, que va a permitir «aumentar el rendimiento térmico de las instalaciones, mejorar el control de las emisiones al medio ambiente, la reducción de energía eléctrica y como principal novedad, el uso de otros combustibles como poda y hoja de olivo», explicó ayer el director de la planta baenense, José Ortiz. Se trata de un proyecto de I+D de Oleícola el Tejar, patentado por la propia empresa.
Ortiz detalló que «desde 2008 el centro tiene tres líneas de secado, cada una de ellas está formada por un horno que produce la energía para el secado del alperujo procedente de todas las almazaras de Baena y la comarca, que llegan a la planta con un 70% de humedad, mientras que una vez procesado se queda en un 10%, y para ello los hornos usan como combustible el orujo, el orujillo y el hueso de aceituna».
El director de la planta de Baena subrayó que «la empresa, siempre dispuesta a la inversión y la búsqueda de nuevos combustibles para sustituir el orujillo». En 2016, continuó, «se adelanta al futuro sustituyendo esos hornos que ya fueron pioneros por hornos de parrilla móvil, que van a permitir generar energía térmica para el proceso de secado, así como la modificación de la alimentación de combustible de ese horno de orujillo y hueso a poda del olivar, equipar la instalación con ciclones de salida para mejorar la decantación de las cenizas volantes que se generan en la combustión y la instalación de lavadoras de gases evitando que las particular de la combustión sigan para adelante en el proceso de secado».
No obstante, los hornos antiguos se van a usar como cámaras intermedias de decantación y decantarían partículas más pequeñas. Ortiz recordó también que Oleícola El Tejar es «la mayor empresa del país que trabaja en el tratamiento de residuos del olivar y que ha procesado durante los últimos años, 1,5 millones de toneladas de alperujo». Además, la planta de extracción química procesa unas 100 toneladas de orujillo graso seco (de él se extrae el aceite de orujo) y su central térmica produce energía para abastecer a 40.000 habitantes.
Por ello, insistió en que Oleícola El Tejar «trabaja por y para el olivar» y destacó que solo en la campaña de 2016 se han recibido 374.000 toneladas de alperujo, 17.000 de hoja de olivo, 12.3000 de poda y 3.000 de leña. En total, unas 32.2000 toneladas de biomasa del olivar. Esta inversión se ejecutará entre septiembre y diciembre y la planta ahorrará energía eléctrica, disminuirá las emisiones de monóxido de carbono y permitirá la creación de empleos indirectos. Para Ortiz, además «se abrirá un nuevo campo de trabajo destinado a todos los agricultores» con la «recogida, transporte y proceso de la poda del olivar». Asimismo, indicó que aunque la empresa se dedica a eliminar los residuos que generan las almazaras, colaborará en la reducción de las molestias y el impacto visual.
El alcalde de Baena, Jesús Rojano (PSOE), acudió a la presentación de esta actuación y precisó que se trata de «un proyecto de inversión que supone una mejora significativa no solo para la empresa sino que va a tener repercusión en una de las principales preocupaciones de cara a la ciudadanía, como es la contaminación y los malos olores».
Rojano hizo hincapié en “la sensibilidad de la empresa de hacer esta inversión que supone disminuir aún más el impacto que tiene las chimeneas de secado y la propia combustión” y añadió también que “la incorporación del uso de la poda del olivar como quema para la producción energética es un aliciente significativo de cara a nuevos olivareros”. En su opinión, “el trabajo de El Tejar tiene un repercusión significativa para nuestra sociedad porque recoge todos los desechos que supone la producción de aceite de oliva, para conseguir un mayor aprovechamiento para la generación de energía eléctrica”. “Es una planta muy importante y de referencia a nivel europeo que aporta soluciones a un problema medioambiental porque antes estos restos estaban en balsas de evaporación con las molestias de olores e impacto ambiental que significaba”, sentenció.
FUENTE: EL DÍA DE CÓRDOBA/S. NÚÑEZ