Hace unos meses tuvo lugar en el Museo Histórico Municipal de Baena la presentación de la restauración de las tres esculturas romanas sedentes que se encontraron a finales del año 2011 en la curia del yacimiento arqueológico de Torreparedones.
Tras el riguroso estudio de las mismas, llevado a cabo por el profesor Carlos Márquez de la Universidad de Córdoba, dentro del proyecto de investigación “Antiguas Ciudades de Andalucía”, se elaboró un proyecto de restauración y puesta en valor de las mismas por la empresa Gestión y Restauración del Patrimonio Histórico S.L. que fue autorizado, en su día, por la Comisión Provincial de Patrimonio de la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía.
Las estatuas están talladas en diferentes tipos de mármol y son de tamaño mayor que el natural, presentando las tres un estado de conservación excepcional. Dos de ellas representan a los emperadores Augusto y Calígula/Claudio togados, como si fueran divinidades y son realmente excepcionales porque en ninguna parte del imperio se han localizado representaciones de este tipo. La primera de ellas representa el modelo divus Augustus Pater, esto es, a Augusto cuando fue elevado a los altares tras su muerte acaecida en el año 14 d.C. Bajo este criterio se representa también a Calígula, calzado con botas militares, uno de sus rasgos identitarios, cuyo rostro sería después reelaborado en el de Claudio.
La representación femenina, que podría corresponder a Livia, viuda de Augusto, también responde al modelo. El análisis de los pigmentos de color realizado por Ángel Ventura y Laura Fernández ha resultado de gran valor porque se ha podido reconocer su policromía original. Las tres esculturas quedaron expuestas en el patio del Museo de Baena pero sin las cabezas, a pesar de que se conservan los dos bustos masculinos que se exponen en la sala II anexa dedicada a la estatuaria romana, ya que no estaban completos, faltándoles parte del cuello, sobre todo, a la cabeza de Augusto.
Por ello, y para dar más prestancia y valor a las esculturas se han realizado sendas copias, a escala natural, en poliestireno expandido (poliespán) en las que se ha incorporado ya la parte perdida del cuello. De esta forma, las dos esculturas masculinas han ganado muchísimo desde el punto de vista museográfico, resultando mucho más llamativas y espectaculares. Como comenta el arqueólogo municipal José Antonio Morena, lo ideal sería hacer tres copias de las mismas y colocarlas en Torreparedones, cuando se acometa la restauración del templo forense que es el lugar en el que se supone estaban colocadas originariamente.