«Ni las autoridades, ni los responsables ni la propia sociedad civil han coadyuvado para nada a este gran proyecto que es el vino de Baena». Esa fue la crítica del baenense José María Casado Raigón durante su pregón en la Fiesta de la Vendimia que celebró este sábado, por séptimo año, la Cofradía de Amigos de la Viña y el Vino de Baena. El catedrático de Economía explicó que tenemos unos caldos de enorme calidad que no han recibido el trato que merecen, de ahí que reclamara «insistir en su mejora y en su cuido».
Casado expuso que a pesar de que «la potencialidad y la calidad del vino de Baena es reconocida por el todo el mundo», su importancia hoy es «anecdótica» por su escasa incidencia en la economía local, ya que «el cien por cien del consumo del vino de Baena se hace en Baena». El pregonero recordó los orígenes populares del vino –»un movimiento hecho por el pueblo y para el pueblo»– e hizo referencia a la «vida zigzagueante» de la viña baenense: «a finales del siglo pasado había 1.500 hectáreas y hoy no llegan a 70».
Además de la exaltación al vino, la Cofradía de Amigos de la Viña y el Vino de Baena nombró nuevos embajadores, en esta ocasión a la Unión Deportiva San Francisco y al gerente de Destilerías Duende de Rute, Anselmo Córdoba, quien tomó con «ímpetu, ilusión y con muchas ganas» la tarea de «honrar y cuidar los caldos de esta tierra».
El nuevo embajador, que en la actualidad desempeña un cargo en la Federación Española de Bebidas Espirituosas, aseguró que «los vinos de Baena atesoran las esencias mismas de los caldos de la provincia» porque son vinos «absolutamente representativos del mundo». Y es que a su juicio, aunque en estos momentos «vivimos un momento dulce de las ginebras», lo importante es que «nosotros somos el eslabón de una cadena milenaria».
En este sentido, Anselmo Córdoba quiso destacar la calidad del Cancionero de Baena, la «absoluta bandera» de los caldos de las tierras baenenses por sus «aromas complejos pero fáciles de identificar».
FUENTE: BAENA DIGITAL