Apenas pasaban unos minutos de las 17.30 horas cuando unos truenos no esperados y un repentino cielo encapotado empezaron a avisar de que se aproximaba una tormenta. Y nada más lejos de la realidad, en apenas unos minutos y sin tiempo para nada, una fortísima granizada rompía la tranquilidad de una tarde más de aislamiento en las casas.
La tormenta de granizo apenas duró unos diez minutos, pero su gran tamaño, semejante a un garbanzo, hizo saltar las alarmas de muchos agricultores baenenses que temen que haya podido causar graves estragos en los cultivos. Tras la nieve que cubrió de blanco toda la localidad de la Campiña Este, continuó una abundante lluvia que deshizo el hielo y dejó en algunos lugares hasta 12 litros de agua por metro cuadrado.
Como consecuencia de la fuerte tormenta, también los bomberos del parque de Baena tuvieron que realizar una salida a la terraza de uno de los pisos de la urbanización ubicada en la avenida de Cervantes, ya que se levantó parte de la cubierta y a uno de los vecinos le entraba agua en su vivienda. Además, dada la fuerza del viento, el agua se colaba por muchas viviendas a través de puertas y ventanas mal selladas.
A la espera de analizar los daños que esta granizada haya podido causar en los campos, la estampa de una Baena nevada durante al menos unos minutos fue bonita y levantó la expectación de muchos pequeños que era la primera vez que veían nevar. Al estar confinados en casa pudieron disfrutar de las vistas desde sus ventanas e incluso algunos pudieron jugar en sus patios y terrazas durante un ratito con estos helados garbanzos.