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Desde que se iniciara el estado de alarma, han sido muchas las iniciativas solidarias que se han producido por parte de diferentes sectores de la sociedad y la localidad de Baena no ha sido una excepción. De todos ellos, hay uno en concreto que a pesar de las dificultades que ya atravesaba, ha sabido ponerse a disposición de la ciudadanía y las labores de lucha contra el covid-19. Este sector son los agricultores y ganaderos, que además de continuar trabajando, han sido un pilar fundamental en las labores de desinfección de numerosos pueblos de toda la provincia.
En este municipio del Guadajoz, estas labores de desinfección dieron comienzo el pasado 18 de marzo, y desde ese momento, se han pulverizado unos 60.000 litros por semana. Durante la primera semana, se llevó a cabo la desinfección masiva del suelo urbano y periurbano, tratando de llegar a cada rincón con vehículos agrícolas y mediante camiones con manguera en las zonas de difícil acceso. Posteriormente, han sido los propios vehículos agrícolas equipados con mangueras los que han llevado a cabo este trabajo en las zonas más complicadas.
Hasta ahora, la desinfección se realiza cada martes y viernes por 10 vehículos agrícolas equipados con atomizadores, que pulverizan hasta 30.000 litros de producto por día, siempre que la climatología sea favorable. Los vehículos agrícolas tienen asignado un número de ruta y van acompañados por un coche de Protección Civil que les abre paso. El punto de encuentro está ubicado en el pozo de ‘Pedro Muñoz’, donde los agricultores obtienen el agua y realizan la mezcla con el producto desinfectante.
De esta forma, un total de 60 agricultores se han ofrecido desinteresadamente para colaborar en estas labores de desinfección. Un empresario agrícola baenense, Luis Lizana, es la persona que coordina a este medio centenar de vehículos, estableciendo turnos y sectores para hacer más eficaz el trabajo. Lizana ha explicado que “el producto que utilizamos es muy similar a la lejía y nos lo proporciona el Ayuntamiento a través de Protección Civil. La proporción es de un litro de producto por cada 100 litros de agua, y una vez pulverizado, el efecto comienza a los 15 minutos de entrar en contacto con cualquier superficie”.
De igual manera, el empresario baenense, también ha indicado que “la colaboración ha sido masiva, y desde que empezamos, no han dejado de llamar compañeros para participar en estas labores. Tenemos a nuestra disposición mucha maquinaria y hemos conseguido adaptarla totalmente a las necesidades de la desinfección”.
Por otro lado, Lizana también ha señalado que “la colaboración ha venido de la mano de empresas dedicadas a este sector. ‘Andaluza de Olivicultura’ ha donado 200 litros de peróxido de hidrógeno, que es un desinfectante que ellos fabrican y han mantenido habilitada su línea de producción a esta necesidad”, ha subrayado.
Finalmente, este agricultor voluntario ha concluido con un poco de humor, haciendo saber que “cuando terminemos esta batalla común contra el coronavirus, volveremos a nuestra lucha particular contra el abuso de los precios en el sector agrícola”. El próximo 18 de abril, los agricultores de Baena y Albendín cumplirán un mes colaborando con esta causa.
De nuevo comienzan tractores cargados con cubas pulverizando las calles de Baena: tomar medidas sin pararse a pensar las consecuencias.
Es inaudito que se tomen medidas de utilizar productos corrosivos y peligrosos como el hipoclorito sódico sin tener una base científica que lo avale, generando una falsa sensación de seguridad, amén de que se generan riesgos innecesarios. Por favor, que alguien consulte la ficha de datos de seguridad de los productos que se están utilizando: el hipoclorito sódico (lejía) es un un agente irritante de las vías respiratorias y sensibilizante, que puede generar alergias y reacciones graves en determinadas personas, además de provocar el deterioro de rejas, puertas y vehículos siendo esto último importante, ya que también se generan riesgos adicionales de accidentes por deterioro de los sistemas de seguridad (neumáticos, latiguillos de frenos, etc) de los vehículos que se encuentran aparcados en las calles.
Me preocupa también muy especialmente el hecho de que para la mezcla de hipoclorito con agua se empleen cubas que hayan podido contener antes otros productos aún más peligrosos como son los venenos que se utilizan para el campo (cancerígenos, neurotóxicos…), de los cuales pueden quedar en la cuba restos significativos que a mezclarse con el hipoclorito pueden generar productos aún más tóxicos (la ficha de datos de seguridad de cualquier producto basado en el hipoclorito sódico ya indica que la mezcla con productos ácidos genera vapores tóxicos).
En definitiva, la fumigación de calles pulverizando mediante cubas a mi entender, genera mucho más riesgos de los que ahorra. ¿A qué lumbrera se le ha ocurrido esta solución? ¿Han consultado estudios basados en evidencias científicas o solamente se aplica porque políticamente es muy vistosa la actividad de fumigación?
Por el bien de Baena y sus habitantes, por favor, antes de tomar este tipo de medidas, evaluar de forma correcta los riesgos colaterales que generan. Sé bien de qué hablo. Analizar, buscar evidencias, y priorizar medidas con los medios disponibles valorando riesgos adicionales.