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El estudio “El mercado de trabajo de los jóvenes” relativo a 2017, del Servicio Andaluz de Empleo (SAE), vuelve a evidenciar los problemas de este colectivo en materia laboral en la provincia. Este informe anual señala que el pasado ejercicio, según la Encuesta de Población Activa (EPA), la tasa de paro entre quienes tenían de 16 a 29 años se situó en el 41,9% —el dato se obtiene a partir de la media de las cifras trimestrales—. De cada cien jóvenes que quieren trabajar, 42 no lo logran.
Las dificultades de este segmento de la población para hacerse con un trabajo en Córdoba quedan patentes cuando se observa su ratio de desempleo en el conjunto de España: 29,4%. La tasa de paro juvenil de la provincia supera en 12,5 puntos a la estatal. Y también se sitúa por encima del promedio andaluz, aunque no de una forma tan holgada: 39,7%.
Córdoba fue en 2017 el cuarto territorio de la comunidad con mayor tasa de desempleo en este colectivo. Esta negativa clasificación la encabezó Cádiz (46,9%). De acuerdo a este informe del SAE, en la provincia de Córdoba, la media trimestral el año pasado de jóvenes desempleados fue de 29.400, siempre según la EPA. Como elemento positivo, hay que reseñar que esa cifra implica 3.900 parados menos que en 2016 (-11,7%).
El problema es que estos descensos del desempleo no se trasladan ni mucho menos a crecimientos tan espectaculares de la ocupación. En 2017, incluso, la bajada de los parados no se tradujo en un aumento de las personas con trabajo. La media anual de ocupados en este segmento de la población se situó en 40.800 por trimestre, según la EPA. Son 400 menos que en 2016 —caída del uno por ciento—.
Otra fuente, recogida en este mismo informe, apunta a un escenario aún más complejo para este colectivo a la hora de lograr una ocupación con la que poder desarrollar un proyecto personal de futuro. El trabajo señala que la media anual de jóvenes afiliados a la Seguridad Social en los últimos cuatro ejercicios cayó tres veces —no fueron acusadas— y sólo ha sufrido crecimiento interanual en el último año. En 2017, sí se anotó un aumento del 3,2%, con lo que el número de ocupados se situó en un promedio de 40.474.
Todo esto apunta a que la reducción del paro no sólo se debe a la mejor marcha de la economía, sino que obedece igualmente a una merma de la población joven por motivos demográficos, pero también por la movilidad laboral: por los habitantes de menos de 30 años que hallan trabajo en otros territorios. No extraña que los jóvenes, con menos ataduras familiares y una vez acabada su formación, sigan buscándose la vida en otras provincias más prósperas.
Analistas Económicos (servicio de estudios de Unicaja) viene detectando las dificultades de Córdoba para engancharse al ciclo de mejoría. Sus cálculos son que su economía creció en 2017 un 2%, con lo que habría sido el territorio andaluz con menor avance —y en todos hubo incremento—. Y lo peor es que no sería un dato puntual. Para 2018, estima que crecerá un 1,8%, con lo que de nuevo sería la provincia de la comunidad que ocupara el último puesto. Analistas Económicos espera para la región una subida este año del 2,7%, la mismo que para España.
FUENTE: ABC CORDOBA
